La amenaza globalista y socialista (Siglo XXI)

Por Alan Redick “Y así como los dedos de los pies eran parte de hierro y parte de barro cocido, así parte del reino será fuerte y parte será frágil”. Lo realmente curioso para mí es ver esta amalgama que ya desde hace algún tiempo venimos presenciando: globalistas y socialistas. Los globalistas tienen brazos ejecutores, como: ONG, FMI, BID, OMS, UNESCO, etc. La razón: los globalistas son altamente impopulares. Sin embargo, Biden nada tiene que ver con los socialistas, y eso lo ha dejado bien en claro en el primer debate presidencial. Biden pertenece al grupo que es articulado por los globalistas y el Wall Street, al igual que lo fueron Obama y Hillary Clinton. Lo mismo ocurre con George Soros, otro billonario que se encarga de apoyar a gobiernos socialistas, como el de Argentina, a cambio de que implementen su agenda cultural y social. Objetivos de los globalistas Los métodos que emplean los globalistas revelan también su objetivo final: crear un nuevo orden mundial holístico y ecuménico. En síntesis, el mundo entero es un gran mercado para este negocio de los globalistas. Arthur Jensen sintetiza todas estas ideas globalistas en un célebre discurso en la película The Network (1976): “nuestros hijos vivirán en un mundo perfecto, sin guerras y sin hambrunas; Serán los medios de comunicación (o como Trump los llama: Fake News) y sus redes sociales por donde se difundirá ese evangelio, y no es extraño hoy día ver cómo la prensa trabaja incansablemente para cumplir los objetivos de los globalistas. El Papa Francisco parece ser un promotor de estas ideas y agendas globalistas; Del porqué los globalistas coquetean y financian a los socialistas, creo que eso ya está claro. El socialismo del siglo XXI es altamente populista, y los globalistas son altamente impopulares. Por otra parte, los socialistas terminan consumiéndose en sus propias prácticas y terminan dependiendo de los globalistas para ser salvados. Si los socialistas se presentan con una proyección soteriológica, los globalistas vienen a ser la última ideología salvítica. sin embargo, ni bien asume el poder, traicionó a todos ellos inundando su gabinete con anti-republicanos y socialistas. Con la pandemia se pudo ver cómo su gobierno respondió a los intereses de estos dos grupos: los globalistas y los socialistas. Ya en el gobierno anterior los globalistas tuvieron una fuerte injerencia. Su hombre fuerte era el de entonces Ministro de Hacienda, Santiago Peña, formado nada menos que en el centro mismo de los globalistas. Con la distracción de los socialistas en el gobierno y los de fuera, los globalistas pudieron implementar varias de sus estrategias: endeudar más al país, entregar e intentar vender los bienes de la República y seguir con políticas antinacionalistas. Se crea así, en este Estado mendigo, un estado de dependencia absoluta de los agentes globalistas, representados por sus entidades financieras. Habrá que esperar atentos los siguientes movimientos que se generen, porque sospecho que la historia de Benigno y de los globalistas con el Paraguay no termina con la salida de Benigno del Ministerio de Hacienda. Esta nueva industria, la de producir más ignorantes y pobres, ha resultado muy lucrativa para muchos políticos, especialmente para globalistas y socialistas, quienes dependen de ello. ...[Leer más]