Las secuelas del COVID-19: cómo es la vida sin olfato

El olfato es un sentido que no se puede controlar: los olores están siempre presentes en el medio ambiente interno o externo, a diferencia de una imagen o de un sonido Los olores son un conjunto de elementos que forman una estructura, un compuesto que emitimos y percibimos desde el exterior. Quienes están privados del sentido del olfato no solo se encuentran en un mundo inodoro, sino que también les resulta insípido, porque tienen afectado el sabor, el cual que está dado en su 80 % por el olfato. El olfato es el sentido más primitivo (Shutterstock.com) Esta abolición del sentido del olfato genera consecuencias relacionadas con la gastronomía, porque se entorpece el deleite de un buen plato o de un buen vino, o pueden producirse intoxicaciones (no se huele la comida en mal estado) o desnutrición porque se deja de comer. Se aprecia, entonces, que el olfato es un sentido poderoso, complejo, importante e impactante, además de necesario en la vida diaria. En este proceso, se mezclan las terminaciones nerviosas de unas y otras y, de esta manera, las señales que viajan por sus vías se confunden y la información llega de manera errática a los principales centros del olfato: así aparecen las alteraciones del olfato. El olfato aporta 80% del sabor (Shutterstock) Las alteraciones del olfato pueden ser cualitativas (afectan la calidad de los olores) y cuantitativas (afectan la cantidad). Entre las alteraciones cuantitativas se encuentran la anosmia (falta absoluta de olfato), la hiposmia (disminución del olfato) y la hipersomnia(exacerbación del sentido del olfato). ...[Leer más]