La extraña pasividad de Jair Bolsonaro

Un escándalo que involucraba al hijo mayor del presidente Jair Bolsonaro dominaba las noticias. El 22 de octubre, el Congreso promulgó una reforma constitucional del sistema de pensiones que le ahorrará al gobierno 800.000 millones de reales brasileños (unos 196.000 millones de dólares) durante 10 años, aproximadamente el 10 por ciento del producto interno bruto de este año. La batalla por la aprobación fue liderada por Rodrigo Maia, presidente de la Cámara Baja del Congreso, y su homólogo en el Senado, Davi Alcolumbre. DIVISIÓN DE PODERES, UNA DIFICULTAD La división del poder en Brasilia dificulta predecir cómo se desarrollarán los próximos tres años de la presidencia de Bolsonaro. Un miembro del equipo económico del gobierno sostiene que la preocupación de Bolsonaro por luchar en guerras culturales sirve como una “pantalla de humo” que les permite a Guedes y Maia tomar la delantera en la legislación económica. En el Congreso, hay “un consenso sin precedentes de que debemos avanzar en la agenda económica, independientemente del gobierno”, dice Maia, el líder de la Cámara Baja. Bolsonaro había generado esperanzas cuando nombró como su ministro de justicia a Sergio Moro, el juez federal que lideró las investigaciones de Lava Jato, o la operación “lavado de autos”. “Hay poco apetito” por la agenda socialmente conservadora de Bolsonaro, dice Fernando Bezerra, el líder del gobierno en el Senado. Ante la oposición del Congreso, el presidente retiró un decreto para permitir que millones de brasileños porten armas. El papel más firme del Congreso se ha convertido en una de las mayores sorpresas de la sorprendente presidencia de Bolsonaro. ...[Leer más]