Los libros de Celina

Con el paso de los años Roa, quizás ya menos interesado por aquellas obras, dejó de pagar el alquiler del depósito y los libros fueron probablemente vendidos a alguna persona no identificada. Hace tres años, a Gastón, un mecánico de maquinarias agrícolas, le llamó la atención un contenedor de basura que contenía varias cajas de libros viejos y ajados, tirado al costado de una ruta en la provincia de Buenos Aires. Los libros de Roa Bastos, los que había ojeado quien sabe cuántas veces, anotando datos en sus márgenes, esos libros que alguien había decido eliminar, que estuvieron a punto de ser quemados, terminaron de modo enigmático en manos de una persona sensible. Más de cuatro décadas después, gracias a Celina, estos libros escriben las últimas líneas de la biografía de Roa. ...[Leer más]