Homilía del Papa Francisco en la Misa por la Solemnidad de la Natividad del Señor

Este viernes 24 de diciembre el Papa Francisco celebró en la Basílica de San Pedro la Misa por la Solemnidad de la Natividad del Señor, en la que invitó a los fieles a pedir a Jesús que les conceda la gracia de la pequeñez, para comprender que ese “es el camino para la verdadera grandeza”. Indica a los pastores cómo encontrar a Dios que ha venido a la tierra: «Y esta será la señal para ustedes: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre» (v. Allí está Dios, en la pequeñez. Y este es el mensaje: Dios no cabalga en la grandeza, sino que desciende en la pequeñez. En su pequeñez es Dios. Dios no busca fuerza y poder, pide ternura y pequeñez interior. En primer lugar, creer que Dios quiere venir en las pequeñas cosas de nuestra vida, quiere habitar las realidades cotidianas, los gestos sencillos que realizamos en casa, en la familia, en la escuela, en el trabajo. Jesús no quiere venir sólo a las cosas pequeñas de nuestra vida, sino también a nuestra pequeñez: cuando nos sentimos débiles, frágiles, incapaces, incluso fracasados. Hermana, hermano, si, como en Belén, la oscuridad de la noche te rodea, si adviertes a tu alrededor una fría indiferencia, si las heridas que llevas dentro te gritan: “Cuentas poco, no vales nada, nunca serás amado como anhelas”, esta noche Dios responde. Que en esta noche de amor nos invada un único temor: herir el amor de Dios, herirlo despreciando a los pobres con nuestra indiferencia. Contemplemos a los magos que peregrinan y como Iglesia sinodal, en camino, vayamos a Belén, donde Dios está en el hombre y el hombre en Dios; ...[Leer más]