Tres madres

Por el Día de la Madre, compartimos con los lectores tres historias sobre el amor incondicional que las mamás profesan a sus hijos y los sacrificios que están dispuestas a hacer por estos, desde la mirada de un esposo, un hijo y una mamá en primera persona. A poco de cumplir los 12 años, los médicos la desahuciaron con pocos días de vida: ya no había nada que hacer. Anette, limitada siempre por la enfermedad, aguerrida a la vida, no podía irse así, como apagándose, por lo que mamá organizó una fiesta de cumpleaños con otros niños, con postres y payasos (como cualquier fiesta infantil a las que mi hermana nunca pudo ir). Mamá le convidó, hasta el último momento, su alegría por vivir y la dignidad de la vida. una situación que pondría en riesgo su vida. Cada día que pasaba, Suzan nos decía lo mucho que nos amaba y lo agradecida que estaba con Dios y la vida por haber cumplido con su sueño de ser mamá. Y además, disfrutó junto a Junior su primer año de vida. Vivió una vida plena y contra todo diagnóstico logró estudiar, trabajar y ser mamá, pese a que los médicos dijeron que nunca podría hacerlo. Daniel, devoto esposo de Suzan Griselda Cuando me enteré de que estaba esperando a Brunito, supe que iba a amarlo con cada latido de mi corazón durante toda la vida, aunque nunca pensé que la suya sería más corta que la mía. Igual, tengo una herida que nunca va a sanar pero la vida sigue, Dios y mi ángel (Brunito) me cuidan desde arriba. Mi vida no es fácil sin él. ...[Leer más]