Los cerros de nuestro país nos ofrecen pedacitos del cielo en la tierra - Periodismo Joven - ABC Color

Observar un ocaso desde el punto más alto del Tres Kandu o sentarte en el famoso banquito del cerro Akatî maravillan los sentidos. La sensación de elevarte entre las nubes y tener a todo el país, con sus pequeños habitantes incluidos, frente a vos, y que tu piel haga contacto con la refrescante brisa y tus pulmones se llenen del aire puro que se siente en la cima de tu tierra son algunos recuerdos que guardás luego de escalar un cerro. El Tres Kandu, además, posee una extraña y tierna guía para los visitantes: una perrita cuyo nombre proviene del cerro, que se encarga de mostrar su hogar a las personas y, según los que han estado en el lugar, el can decide con quién subir y con quién no. ...[Leer más]