Paraguay necesita un gobernante de carácter, necesita una mujer - Edicion Impresa - ABC Color

Paraguay necesita un gobernante de carácter que se plante, necesita una mujer de carácter que ponga orden a las cosas, exclama con vehemencia la abogada Mercedes Brítez de Buzó. El Paraguay nos llama a hacer política porque si no nos metemos se van a meter los mismos de siempre, y somos conscientes de que se ha desnaturalizado completamente los principios de la política en nuestro país. Piensen en la mujer marginada, la anciana olvidada, la campesina trabajadora, la violentada y sus niños desamparados. Yo he demostrado mi vocación de servicio hacia las mujeres y los niños desde mi posición de abogada de familia, de jueza, de ministra y si mi propuesta tiene eco en la ciudadanía estoy dispuesta a hacer de guía para salir de esta crisis moral. En este país se da la paradoja que al propio contralor le tenemos que controlar porque tiene antecedentes. –Eso es lo que necesita el Paraguay, un gobernante de carácter, que se plante, si es posible una mujer de carácter que ponga orden a las cosas, de ética comprobada, valiente, que no se deje manipular, que no sea veleta ante las circunstancias, ante los intereses sectarios, que no se ponga a desestabilizar al país porque quiere la reelección y esa figura no existe en la Constitución. Pero bueno, no guardo rencor pero me llama la atención cómo el fanatismo puede desvirtuar el objetivo común que es proteger a los niños. Muchas veces intenté hablar con el Presidente (Cartes) para decirle cómo se tiene que trabajar con los niños, pero nunca me recibió... –Uno que priorice la familia, que proteja a los niños desde el momento que nacen. Esos niños que quedaron huérfanos de la Guerra fueron los ingenieros que industrializaron el país y lo convirtieron en una potencia... Los niños que inhalan cola de zapatero cuando se los desintoxica necesitan quemar sus energías en un pasatiempo. Cuando saqué a los niños de la calle, los hice clasificar en edades de hasta tres años; En este país, los niños no cuentan. ...[Leer más]