Mbeguemi Online: Los nenes y las nenas de la mafia » San Lorenzo PY

BEM-VINDO AO SHOW DO PACHU Parece que en el palacete de vidrio ahumado se ha puesto de moda una vieja canción infantil. Pero desde enero (sin aviso) los muchachos descubriron que su salario bajaba llamativamente, la causa fueron descuentos por marcar 7.01, 7,05, o 7,10. Aunque las malas lenguas (que siempre andan por allí murmurando) aseguran que la puntualidad es lo de menos: solo se trata de ahorrar plata. Y para pagarle a estos recomendadísimos hay que sacar plata de donde sea, porque no se conforman con poco. Y mientras que los tontos que te votaron no ganan ni para el pasaje, los otros (los recomendadísimos) ganan sueldos con un cero más… y sin hacer trámites. Y estaría bien, si trajera a gente capáz, pero parece que solo trae a nenes de papá. Tal vez, solo se trate de devolver favores, ya que también el hijito de cierto senador fue viceministro gracias al favor del hijito del viejo secre del tiranosaurio. Mientras los pobres barrenderos sanlorenzanos andan por la calle como karai bosa, mal vestidos, sin botas, sin guantes, sin uniforme, y encima tienen que hacer facturas y pagar un contador para cobrar sus sueldito de mierda. Pues por los raudales, igual que siempre, no importa que Mister Wiens haya gastado millones y millones de dólares. Mientras tanto siguen los raudales de lluvia y los raudales de plata pública, total la obra está bajo tierra –o mejor dicho bajo mucha arena- y a menos que los fiscalizadores sean auténticos arqueólogos, no podrán encontrar nada. LA HISTORIA SIN FIN Parece que pese a las promesas del jóven lord mayor, la comunidad sanlorenzana no está concurriendo en masa a pagar. Parece que la platita solo llega al primer anillo, los que no pertenecen a la Feliz Calesita, tendrán que seguir esperando otro préstamo. Lo que si ocurría antes, era que el tesoro municipal se “recuperaba” a partir de enero (como máximo en febrero), pero resulta que estamos a 14 de febrero, y no hay plata ni para el regalito de los enamorados. Desesperante es manejar por las calles dónde prestan “servicio” los chatarrones de las líneas internas de transporte: sea de noche o de día no se puede verlos, ya que andan sin una maldita luz trasera y producen más humo que que un bombardeo. Algunos ni siquiera tienen vidrio, la mayoría sin placas (patente), óxido por fuera, tierra por dentro. Pareciera que ciertos jefes de departamento andan usando la maquinaria municipal y los recursos ajenos para forrarse de plata. (la gente es chismosa luego, y muy envidiosa, ¡Jamás los muchachos serían capaces de hacer una cosa semejante!) Estos son nuevos tiempos, señores. ...[Leer más]