Luján Halley: El audaz arte de andar por la cabeza

– ¿Cómo fue esa decisión de “estar a tu antojo”? – ¿Siempre fue la idea el armar tu estudio en casa? – ¿Qué cambió entonces? – Habilité este espacio para seguir laburando mientras se armaba el otro negocio. – Ahora, ¿cómo es? – ¿Tus prioridades son otras? -Yo día a día trabajo, corto el pelo, le “lookeo” a la gente. – ¿Cómo es el día a díade Luján Halley? – Hablado de la vida, y que las cosas a veces son de corazón… Viste que en la pandemia eso es como que se reforzó y sobre todo con cuestiones del cabello… A la gente se le dio por auto lookearse, cortarse, raparse, teñirse, todo en casa… -Dejarse crecer el pelo, mostrar las canas. La gente dejó muchas cosas que pensaba que eran muy prioritarias y al final no. Yo siempre digo que hay como una conexión ahí con el pelo, cuando cosas trascendentales nos pasan. Ese momento en que una mujer cortó con el novio, se va a casar, se casó, tuvo hijos, se operó, siempre va acompañado de ese querer hacerte algo en el pelo, algo diferente. – Los cambios… – Digo también, siempre nos estamos proyectando. Como con la pandemia, cuando sucedió, la gente empezó con el me tiño, me corto… Es como que hay una conexión con la sensibilidad, con la emoción, hay como una adrenalina. Sabés que el cabello va a crecer o que dentro de un mes puede ser diferente. -Sí y al mismo tiempo había gente que me decía (calculo que les pasó a todos los peluqueros): “Por favor, necesito. Un día mi esposo me dice: “Luján, andá, limpiá tus cosas y empezá a trabajar porque no va a pasar nada”. – ¿Hacia dónde querés ir con el estudio? Sobre todo, tengo ganas de tener más gente trabajando a la par mía, coloristas, otros que corten, que es lo que extraño un poco. – ¿Qué buscás en medio de este contexto tan incierto? – Ojalá que mi experiencia sea una inspiración para colegas que puedan animarse también a seguir. Foto: Gentileza – ¿A qué se anima hoy la gente? – ¿Cuál considerás que es tu sello? – ¿La mujer paraguaya está más “amigada” con la textura de su pelo, en un ambiente en el que por muchos años el lacio fue ley? Yo tengo el pelo enrulado y siempre fui muy amiga de los rulos. En mi casa todo el mundo tiene rulos, hasta el perro. – ¿Entonces, el alisado quedó atrás? ...[Leer más]