Jesús “el cordero de Dios” y los primeros discípulos

Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús. [Evangelio según san Juan (Jn 1,35-42), 2º Domingo del tiempo ordinario] El texto del evangelio de san Juan, propuesto por la Iglesia para la liturgia dominical de la fecha, aborda dos temas: El título que Juan el Bautista confiere a Jesús (“el Cordero de Dios”) y el proceso de adhesión de los primeros discípulos. En el primer encuentro de Jesús con Juan éste exclama: “He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” ¿Por qué no se repite, ahora (en Jn 1,36): “que quita el pecado del mundo? A continuación, el narrador indica que los dos discípulos se pusieron a seguir a Jesús porque habían oído a Juan y seguido a Jesús (cf. Los primeros discípulos de Jesús no se presentan como pescadores de Galilea que abandonan su barca para seguir a Jesús, sino como hombres que están ya buscando algo, ocupados por el Dios Salvador a quien quisieron hallar al lado del Bautista. Tomando la iniciativa, Jesús interviene, no por medio de una llamada autoritaria, sino con una pregunta que es su primera palabra en el Cuarto Evangelio: “¿Qué buscáis?” (Jn 1,38). En Jn 1,38 los discípulos contestan a Jesús con otra pregunta: “Rabbí, ¿dónde moras?”. Aunque a primera vista se trata de la habitación concreta de Jesús, la repetición del verbo evoca, para el lector familiarizado con Juan, la morada de la que Jesús hablará más tarde (cf. Así, Jesús tendía a elevar el objeto de esa búsqueda: se tratará para el discípulo de participar en la relación que une a Jesús con el Padre. Según el Evangelio de san Juan, Simón se acerca a Jesús por medio de su hermano. Al oír estas palabras de boca de su propio maestro, los discípulos de Juan siguen a Jesús para cooperar en la instauración de la comunidad mesiánica. ...[Leer más]