El testimonio de Juan el Bautista

Dr. César Nery Villagra Cantero “Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz… Y este fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a preguntarle: “¿Quién eres tú?”. Juan les respondió: “Yo bautizo con agua, pero en medio de vosotros está uno a quien no conocéis que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle la correa de su sandalia”. Juan será el signo de una especial benevolencia de Dios. De modo reiterativo, se da cuenta del oficio de Juan: testigo cualificado ante el judaísmo oficial (Jn 1,19-28), ante todo Israel (Jn 1,31) y ante todo el grupo de discípulos (Jn 1,35 ss); Por medio de Juan se sabrá que existe la zona de la luz y que va a ser posible escapar de la tiniebla (la zona enemiga) (cf. Aunque enviado por Dios, Juan no es la Luz sino su testigo. Ante la Comisión investigadora, Juan afirma “Yo no soy el Cristo”; Juan niega, categóricamente, identificarse con una personalidad mesiánica Al negarse ante la Comisión, se identifica con la “voz que clama en el desierto”; La Escritura atestigua, como Juan, que la salvación de Dios está cerca; Relacionada con la declaración anterior de Juan –él no es un personaje mesiánico – da a entender que el verdadero bautismo habría de tener lugar en el Espíritu. ...[Leer más]