El tembecuá de Mansilla - El Trueno

El tembecuá de Mansilla Paranaländer se divierte con los humos de antropólogo del escritor Mansilla, herido en Curupayty, enamorado de las kyguavera y las naranjeras de Villeta, buscador de oro en Mbaracayu, intrigado por los tembecuá. “Acabo de contemplar la choza miserable de un tembecuá (Labio agujereado), y pensando en estos indios pusilánimes y degenerados, he recordado una frase de Luis Jorge Fontana, el joven naturalista argentino. lo que quiere decir que estos indios tienen desde ab initio la costumbre de usar en el labio inferior un cañuto puntiagudo de un dedo poco más o menos de largo, para lo cual en la primera infancia se agujerean dicho labio, y cuyo cañuto, que tiene un diámetro de tres o cuatro líneas, en la parte que entra en el agujero -de modo que quede derecho formando con la boca un ángulo agudo-, es hecho de la goma de un árbol cuyo nombre no he podido averiguar. Ahora bien, este cañuto, que el indio ostenta inmediatamente que se presenta en público, por decirlo así, y tiene un brillo resinoso y un color trasparente y traslúcido, a lo que se agrega que es insípido, que a nada tiene gusto, y que frotado desarrolla electricidad, lo mismo que el lacre. ...[Leer más]