Un toque de distinción - El Independiente

En un rincón de su lujosa residencia en Wollerau, en el cantón suizo de Schwyz, Roger Federer contempló, días atrás, la irrupción de Carlos Alcaraz hacia la cima del tenis mundial, ese lugar que hizo suyo durante 310 semanas y que tan lejos ve ahora, cuando aún termina de asimilar el adiós definitivo de las pistas y que ha tenido que anunciar. El que llegó a ser el número uno del mundo de mayor edad en la historia del tenis, en febrero de 2018, a los 36 años, ha optado por Londres como lugar de despedida. Un tenis divertido, al ataque, sin especular. Sin golpes sobresalientes y en el que todo parecía perfecto, sin fisuras. Irrumpió Federer cuando el tenis oscilaba entre la osadía del australiano Lleyton Hewitt y el sueco Thomas Enqvist y disfrutaba aún de la impronta de legendarios como Andre Agassi o Pete Sampras. Y Andy Murray apartado de la circulación por las lesiones de forma precipitada cuando el tenis llegó a ser solo de los cuatro. Siguió ganando Federer, que levantó copas y trofeos hasta 2019, cuando su tenis empezó a ofrecer sus últimos coletazos a alto nivel. Tres semanas después de que Serena Williams abandonara el circuito ovacionada en Nueva York, Federer prepara su despedida. ...[Leer más]