Las experiencias espirituales o religiosas activan el sistema de recompensa del cerebro, la misma zona que reacciona ante estímulos como la comida, el sexo o la música, según un estudio científico divulgado hoy.
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Las experiencias espirituales o religiosas activan el sistema de recompensa del cerebro, la misma zona que reacciona ante estímulos como la comida, el sexo o la música, según un estudio científico divulgado este martes.
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