La dama de las rosas | La Nación

Quienes frecuentan estos lugares la conocen como Marité, pero ella se llama Esther y hace 24 años que vende rosas. A sus 54 años, lo único que tiene seguro Esther es que ninguno de sus 12 hijos podrá decir que ella le abandonó o no le dio la oportunidad de estudiar. Pero Esther está con mucho dolor desde que la operaron en mayo pasado, en la clínica “Da Vinci”, que está ubicada en su mismo barrio, pero sobre la avenida Acceso Sur. Según Esther, las mismas siguen siendo el mayor símbolo del romanticismo. Estamos haciendo un esfuerzo para que ella pueda estudiar y recibirse”, explica Esther. Esther ya conocía las calles muchos años antes de 1992, ya que era vendedora ambulante. Esther se estremece. De esa época, Esther revive mayormente momentos difíciles. Esther representa, en cierto modo, quizás la historia de varias madres paraguayas en una sola. La venta de rosas Tras varios años trabajando de día en la calle y de noche en la casa, Esther decidió probar suerte con la venta de rosas. Fue así que en las mejores épocas de las discotecas como Caracol, Coyote o Mouse Cantina, sobre la calle Brasilia, a mediados de los ’90, Esther estaba. La forma en que Esther –a partir de ahora, Marité– ofrecía sus flores muchas veces hacía imposible que las flores sean rechazadas. Tengo que agradecer eso a esa gente”, cuenta Esther. Esther cuenta que se despierta antes de las 9 de la mañana para ir a comprar las flores de las florerías con las que habitualmente trabajaba. Todo requiere su proceso y paciencia”, indica Esther. Así, se tiene que en los últimos cuatro años se exportaron flores y rosas por valor de 221 mil dólares, a mercados como China, Italia, España y Argentina. No puedo moverme, me duele mucho la espalda”, expresa Esther. ...[Leer más]