Collateral damage - El Independiente

El vuelo 655 de Iran Air -la aerolínea de bandera del estado iraní- había partido del Aeropuerto Mehrabad de Teherán con destino a Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos. Se supo, poco después, que el vuelo comercial había sido confundido con un avión de combate de la Fuerza Aérea Iraní. Había empezado en 1980 cuando Irak intentó apropiarse del rio Shat el Arab, un brazo fluvial de 200 kilómetros formado por la confluencia de los ríos Tigris y Eufrates y que desemboca en el golfo Pérsico. En esta controversia sangrienta, Estados Unidos había tomado partido por Irak, en los días en que Sadam Hussein era un aliado natural de Washington y no el caudillo sanguinario y genocida de los albores del siglo XXI. había estado sosteniendo la monarquía iraní encabezada por Mohamed Reza Palevi, el sha que había acumulado una enorme fortuna con los recursos petroleros. La Casa Blanca sabía que el régimen del ayatollah había heredado una fuerza aérea dotada de avanzados cazabomarderos de origen norteamericano, en especial, los F4 Phantom, de sobresaliente desemepeño en VietNam, y los eficaces F14 Tomcats, que por entonces eran la dotación preferida por los portaaviones de la US Navy. “ERA UN TOMCAT” El USS Vincennes era un crucero lanzamisiles que integraba la Flota del Pacífico desplegada en aguas internacionales del Golfo Pérsico a partir de la crisis de los rehenes y la guerra entre Iran e Irak. ...[Leer más]