Aprende a elegir Sabiduría I – Saber elegir es la clave

También podemos reconocer que las alegrías que vivimos, las ganancias que obtuvimos y los avances que logramos, los trajeron decisiones acertadas. Cada vez que tomamos decisiones cortamos el futuro, tomando una parte y dejando otra; Decisiones impulsivas: Son las decisiones del tipo reactivas, de las que nos arrepentimos casi inmediatamente de haberlas tomado. Son decisiones del momento, empujados por las emociones, sin pensar ni evaluar nada. Una discusión acalorada… Un WhatsApp apresurado… Una pasión descontrolada… Un sentimiento de venganza… Una compra innecesaria… Cuando tomamos decisiones impulsivas, general­mente hacemos daño. Decisiones bajo presión: En muchas ocasiones estarás presionado por la familia, tu cónyuge, los amigos o cualquier otra per­sona que intente empujarte hacia sus intereses. El problema de tomar decisiones presionado es, el poco alcance en el tiempo que tiene, y al no tener fuerza interna para sostenerla, se desvanece. Decisiones egoístas: Yo, el centro del universo. NVI Las decisiones egoístas surgen de los límites de una persona gobernada por el ego, una persona que suele vivir explicando todo, criticando y dando ex­cusas continuamente. Decisiones auto destructiva: Son decisiones que tomamos con conciencia de que nos dañan, pero aun así continuamos en un círculo vicioso que se fortalece cada día. Las decisiones auto destructivas son las que dejamos que se instalen en nuestra vida y nos quita, dinero, alegría, libertad, paz y hasta la vida misma. Decisiones de corto plazo: Placer hoy, perdida mañana. una relación extra matrimonial, que se dis­fruta en el momento y al tiempo termina destruyendo lo que tanto te costó construir: tu familia, un negocio ilegal, o un dinero fácil, que pone en tu mano rápido una cantidad de billetes, pero que al tiempo: destruye tu confianza. Por eso es que tomamos tantas decisiones de corto plazo, que no suman para procesos de crecimiento sostenido. Decisiones tardías: No tomar una decisión también es una forma de decidir, el gran costo es la pérdida de oportuni­dades, a veces es por miedo al fracaso, queriendo tener certeza absoluta, del tipo perfeccionista, análisis más análisis interminables que llevan a la parálisis. Cada casa la había construido con gran esmero, pero ya estaba cansado y sentía que su jefe le había presionado para hacer una casa más. Nuestras decisiones diarias construyen nuestra casa, nuestra casa es nuestra vida, donde viviremos todos los días. ...[Leer más]