Monólogo de la culpabilidad infinita - El Trueno

La vida es entonces para mí la irreconciliación infinita. En vida fue un winner (con las chicas), desde mi punto de vista. Que conste que jamás caeré en el subterfugio de llorar por la vida. La vida no me simpatiza. Mi madre murió en su ley, vivió mucho temiendo morir por todas las dolencias que le flagelaron la santa vida durante 40 años. Siempre vi la vida así, nosotros, los Bogado de Guailandia, superiores al resto, del barrio al menos. Murió mi hermano, sí, es como si hubiera medio muerto yo mismo ayer. Hermano, te cuento que la vida es una mierda sin ti, sigue tan mierda como vos la veías cuando tomábamos tereré un domingo de mañana pre-pandémico. Se murió, esta ok, ya vivió el esplendor de la vida, lo vi anoche en una foto enviada por un hada benéfica, yo lo sé, fui testigo. ¿Querés saber la visión de la muerte de mi hermano, ahora muerto? Ah, recuerdo que asido de su mano (con la que se ganó todo siempre el sudor de la frente bíblica de su corta vida) hice mis primeros pasos al prescolar de Santo Domingo, cruzando el pasillo de los Ortiz (hoy tapiado, lamentablemente). ...[Leer más]