Grosero manoseo a las Fuerzas Armadas - Edicion Impresa - ABC Color

Aunque el presidente Horacio Cartes nunca haya vestido el uniforme militar, ha sido investido por el voto popular con la suprema autoridad constitucional de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas. Pero en democracia esa autoridad no puede ser discrecional como lo fue durante la dictadura. Las Fuerzas Armadas no son el brazo armado del presidente de la República, sino de la Nación. Tampoco son un partido político sujeto a los vaivenes de la preferencia electoral de los ciudadanos, ni una organización a la que la clase política gobernante tenga que echar en gorra para fines partidarios. En el contexto de estas consideraciones, el presidente Cartes acaba de cometer una arbitrariedad, con la intempestiva destitución del comandante del Ejército, general Derlis Cáceres –nombrado apenas 57 días atrás– por el infortunado azar político de ser hermano del candidato a gobernador de Itapúa por la disidencia colorada, el diputado Mario Cáceres. Dando rienda suelta a su veleidad de autócrata, el Primer Mandatario pregona institucionalidad y transparencia, mientras en los hechos impulsa una campaña de desestabilización institucional con el copamiento de los poderes públicos y la persecución política disfrazada. ...[Leer más]