El autor de aquellos grandes anuncios antes de la impresión digital

“Empecé con carteles pequeños de ‘prohibido arrojar basura’, ‘prohibido fumar’, después empezaron a darme cosas un poco más grandes”, recuerda. También le tocaba hacer el mantenimiento a los carteles cada tres o cuatro meses y solía bastar con una lavada, ya que las pinturas sintéticas duraban más que los pigmentos de las impresiones digitales de hoy. Cuando uno encuentra un trabajo que hace con amor, el dinero viene solo”, dice el pintor que también es bailarín y maestro reiki. ...[Leer más]