Dejar atrás la coca, el sueño campesino bajo el yugo del Clan del Golfo y el abandono estatal - MarketData

Unguía (Colombia), 25 may (EFE).- El ruido de un helicóptero militar resuena sobre las extensas laderas sembradas de coca en Unguía y en las carpas bajo las cuales los campesinos de esta zona de la frontera colombo-panameña transforman la hoja en pasta de coca, una actividad que les gustaría dejar atrás. Sembrar maíz, plátano o arroz es menos rentable que sembrar coca, eso lo saben los campesinos de Unguía (Chocó), en el noroeste, que añoran volver a esas labores, pero saben que cultivar la mata les puede dar dinero y a la vez muchos problemas. MUCHA PLATA, POCAS GANANCIAS Los campesinos calculan que para producir un gramo de pasta de coca es necesario recolectar una arroba de hojas, tarea que realiza un «raspachín» al que le pagan 8.000 pesos (1,79 dólares) por cada arroba recolectada. Este mercado, que ha sufrido una bajada de precios, está regulado por quien lo gobierna, el Clan del Golfo, y cada gramo de pasta de coca se cotiza a 3.100 pesos (0,67 dólares), pero en ocasiones la producción a baja escala en sus cultivos es insuficiente para costear los gastos mientras las matas vuelven a estar listas para una nueva recolecta. Piden al Estado que los atienda «y que escuche a los campesinos de Unguía que están obligados a sembrar la hoja de coca porque no hay otra alternativa», dice Caro, mirando a ratos a la avioneta que sobrevuela y que hace unas semanas se posó para incendiar sus parcelas. ...[Leer más]