«Resabios de la inquisición» por Óscar Germán Latorre

Lo consideramos ajustada a la realidad por la que está atravesando el diputado altoparanaense Ulises Quintana, lo compartimos a continuación: Dentro del proceso penal, unas de las cuestiones más criticadas es la forma inmisericorde en la que los jueces decretan la medida cautelar de prisión, a pesar del principio impuesto por el artículo 19 de la Constitución que dispone que la prisión preventiva solo será dictada cuando fuese indispensable en las diligencias del juicio, es decir, cuando exista peligro de fuga o de obstrucción de la investigación. En la medida que analizo la situación de Ulises Quintana Maldonado, actualmente en prisión, me nace una sensación de impotencia e inseguridad porque claramente las reglas del debido proceso vienen siendo quebrantadas con el mayor desparpajo y parece que retomar el carril de la legalidad será una tarea jurídicamente sencilla pero políticamente muy complicada. Para generar el probable intento de fuga poco importa que el afectado tenga arraigo suficiente, que pertenezca a una conocida familia de Abogados, que no tenga antecedentes penales, que se haya puesto a disposición del Juzgado desde el primer momento, que haya asistido regularmente a las sesiones ordinarias y extraordinarias de la Cámara de Diputado mientras estuvo en libertad y que en ningún momento el Ministerio Publico ni los jueces le hayan atribuido algún acto o conducta que permita suponer que intentó o intentará sustraerse de los mandatos del Juzgado. Es verdad que al ser desaforado, un legislador puede ser imputado, acusado y hasta condenado pero muy distinto es que un Juez pueda decretarle la medida cautelar de prisión con el argumento de su condición de Legislador. El argumento de la expectativa de pena quedo definitivamente aniquilada con la modificación del artículo 245 del CPP, cuyo texto actual permite la imposición de medidas sustitutivas de la prisión para todo tipo de hechos punibles, sin que la gravedad del hecho pueda constituirse en el elemento gravitante y exclusivo para denegarla. Evidentemente, la presión mediática pudo más que las buenas intenciones del novel Juez a quien correspondió estudiar el planteamiento y, sin tener a la vista los antecedentes del caso, optó por mantener la prisión de Ulises Quintana sin exponer la menor motivación ni fundamentación válida para dicha decisión. Simplemente – reproduciendo la postura fiscal- se limitó a sostener que la cuestión ya había sido resuelta anteriormente por otros jueces y por el Tribunal de Apelación y que Ulises Quintana no había presentado ningún diagnóstico médico para justificar que se encontraba con algún padecimiento de salud que lo colocase en situación de riesgo ante la amenaza del coronavirus, desconociendo la situación de hacinamiento carcelario y la falta de los mínimos insumos de protección que el protocolo de salud establece. ...[Leer más]