Mi tío el secuestrador y su perfecto plan (I Parte)

La suerte de aquella improvisada banda de secuestradores estaba echada. Era lunes, día de práctica de baloncesto, y estaba ansioso de comenzar la jornada. A sus diez años no había mucho que lo irrite, salvo la cena si no estaba lista al volver de cada práctica de baloncesto en el club Colón. Alguien lo tomó por detrás y lo atenazó con sus brazos, sin que pudiera zafar aunque lo intentaba sacudiéndose por instinto, Amín aún no lograba decidir en esa fracción de segundos si era una broma de algún compañero del colegio o algo más. Amín estaba aterrado, no entendía lo que ocurría. Vamos al trasbordo -ahí nos esperan- dijo él, tras recibir la confirmación de que el objetivo estaba inconsciente en el asiento trasero. La vivienda estaba en un camino vecinal de terraplenado, algo alejada de la urbe. El lugar estaba preparado para tenerlo al niño en cautiverio. El plan estaba en marcha, todo lo que sabían lo aprendieron al ver una película de ficción. La negociación estaría a cargo del camillero y tío Pote, así los conocían. El secuestro estaba en curso. Ahora todo era cuestión de jugar con la angustia de sus padres… EL CAMILLERO Y EL TÍO POTE Ambos se conocían por la proximidad de sus puestos de trabajo. El cerebro de aquella operativa era Luis Fernández Giménez, el camillero y tío político de Amín Riquelme. El tío de Amín le dio coordenadas exactas de los lugares que frecuentaba el chico, su rutina de horarios del colegio, las prácticas de baloncesto, y los caminos alternativos que tomaba para llegar a su casa en el barrio Sajonia de Asunción. Todo estaba trazado para que el golpe sea un éxito. Ahí conversó con Arnaldo Cabrera Arévalos, Luis Adolfo Martínez, Julio César Samudio, Óscar Daniel Galeano, Luis Roa Ferreira y Cynthia Rolón Ruiz Díaz. Báez señaló con el dedo a quienes iba nombrando: “Luis Martínez y Cynthia Rolón se encargarán del mita’i (niño), Julio Samudio, Óscar Galeano y Luis Roa encárguense ustedes de agarrarle al salir del colegio, después les paso las coordenadas. Los días pasaron, el camillero y tío Pote estaban seguros del plan, el grupo estaba preparado. Todo estaba listo. ...[Leer más]