Llamadas odiosas o interesantes

Creo que, en primer lugar, trabajaría en un breve plan de llamada en el que anotaría claramente mi objetivo, la información mínima que podría dar si el cliente no tuviese mucho tiempo, los detalles que agregaría si despertara su interés, imaginaría las preguntas que podría hacerme y las respuestas que le daría, etc. En primer lugar, utilizaría un saludo formal, profesional: no conozco a la otra persona, no sé su edad, no soy su sobrina ni su amiga, pariente ni nada. Con un parlamento tan corto y educado, evitaría una mala actitud por parte de la persona que escucha del otro lado y que, tal vez, esté ocupada. Si la persona me dijera que no puede atenderme, agregaría rápidamente, “¿Puedo llamarle nuevamente más tarde, me indica la mejor hora para usted?”. Y aquí volvemos al recurrente tema de la necesaria empatía, es decir, la capacidad de ubicarse en el lugar del otro, algo que debemos constantemente ejercitar y desarrollar, en la vida personal y en lo laboral, nos toque ser agentes de telemarketing o potenciales clientes. ...[Leer más]